miércoles, 7 de marzo de 2012

Docencia Universitaria

Abg. Christian Godoy

Docencia Universitaria


La creación de numerosas instituciones de Educación Superior en los últimos años ha propiciado la necesidad emergente de profesionales educadores para el ámbito universitario sin que se reúnan las condiciones institucionales y personales del educador. La Comisión por la Reforma de la Educación Superior publicaba en el año 2006 el documento Paraguay: Universidad 2020 en el cual se aportaban datos interesantes que hoy día cobran más vigencia que nunca y de los cuales nos hacemos eco.

Capacitación

Si bien se realizan actividades consideradas como de capacitación pedagógica, actualización, didáctica universitaria, etc., las mismas son, en general, esporádicas, puntuales e insuficientes. El debate sobre los grandes cambios en el campo de la pedagogía de la educación superior aún no ha comenzado.

Dedicación

El tiempo de dedicación del docente a su tarea está determinado por dos factores: por una parte la exigua remuneración por cátedra que obliga al docente a acumular cátedras en diversas instituciones (profesor taxi) o, simplemente, ejercerla como una actividad secundaria a otras actividades a las que dedica su atención preferencial.

Instrumentación

Para una proporción significativa del profesorado universitario, la principal motivación para ejercer la cátedra es el prestigio que tal tarea aporta en diferentes medidas y situaciones, como un signo distintivo del currículo y/o del reconocimiento personal. Aun en la actualidad, en particular en las instituciones públicas, el ausentismo sigue representando uno de los aspectos negativos de la docencia universitaria.

Remuneración

La baja remuneración de la docencia en la educación superior sigue siendo un grave obstáculo para intentar acrecentar  la motivación y dedicación del docente a sus responsabilidades académicas.

Acceso a la cátedra

No se incentiva efectivamente el acceso de nueva camadas de profesionales a la cátedra e incluso, existen normas que dificultan abiertamente la incorporación de profesionales que han recibido capacitación en el exterior. La tendencia actual es más bien la de mantener la estructura docente establecida; de hecho el mero ejercicio de la cátedra supone para el docente un merito que lo hace prácticamente inamovible del cargo.

Se debería encarar los siguientes problemas: Primero, la débil formación pedagógica de quienes ejercen la docencia a nivel universitario; segundo la necesidad de fortalecer la capacidad profesional de los docentes; tercero, la limitada dedicación de los docentes en su labor frente a la cátedra; cuarto, un significativo mejoramiento de aislamiento que produce el sistema de disciplina; sexto, la pervivencia de una estructura académica poco adecuada al desarrollo de una tarea docente productiva y adecuada a las demandas internas y externas.

Fuente: Paraguay: Universidad 2020 – Documento de discusión sobre la Reforma de la Educación Superior. 2006.

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