viernes, 23 de marzo de 2012

La educación superior un bien público o bien privado?

Abog. Christian D. Godoy

La educación superior un bien público o bien privado?


Uno de los debates más intensos sobre la educación superior se refiere a si se trata de un bien público, que aporta valor a la sociedad al educar a las personas, que se convertirán en ciudadanos productivos, o un bien privado, que beneficia principalmente a los individuos, que ganan más dinero y disfrutan de otras ventajas como resultado de su formación. (Bloom, Hartley y Rosovsky, 2006).

La lógica del debate consiste en que, si la educación superior es un bien privado, los que se benefician por ella deberán pagar para recibirla. En cambio, si la educación superior es principalmente un bien público, entonces la sociedad tiene la obligación de financiarla.

En los últimos años, los defensores del bien privado han predominado en un grado considerable y como consecuencia de ello, en muchos países los presupuestos de educación superior se han estancado o han disminuido. Se ha pedido a las instituciones académicas públicas que paguen una parte cada vez mayor de sus costes mediante el aumento de las tasas de matrícula, comercializándose más y vendiendo sus servicios al mercado (Kirp. 2003).

La noción de bien público en la educación superior está directamente relacionada con las funciones que las instituciones académicas pueden desarrollar en la sociedad.

La educación superior forma las personas que alcanzarán las posiciones de mayor responsabilidad en la sociedad. Sus decisiones en todas las áreas de actividad y en todas las profesiones pueden llevarse a cabo desde aproximaciones que pueden tener un impacto positivo como negativo para la sociedad. Por tanto, la educación superior tiene un papel fundamental y tiene una responsabilidad con respecto a los contenidos curriculares, así como la ética y los valores que transmite a los ciudadanos del mañana.

Las personas que acceden a la educación superior no solo obtienen réditos personales, sino que además, pueden y deberían ser conscientes de cómo contribuyen al bien común a través de su ejercicio profesional desde sus decisiones y conductas individuales.. Por ello, nos debe interesar que educación reciben las personas que acceden a la educación superior y que intercambio y que entornos establecen con la sociedad.
El debate fundamental sobre la naturaleza de bien público y bien privado, no se halla en las formas de provisión, ni siquiera en el hecho de la rentabilidad. No es importante quien provea, sino que provea y en qué condiciones lo hace. El debate debería plantearse en términos de qué le confiere el valor de bien público y como se comunica con la sociedad.

En definitiva, la cuestión de que si la educación superior en un bien público o privado y, más concretamente, la cuestión de proveer bienes públicos o privados, tiene un impacto directo en la misión e las universidades. Las misiones y estrategias institucionales, los contenidos académicos, la oferta académica y su organización, la actividad de investigación y su transferencia a la sociedad y asimismo las fuentes y criterios de financiación, la rendición de cuentas, la garantía de calidad y el resultado del conjunto del sistema  presentan alternativas sustanciales bajo un punto de vista u otro. La sociedad necesita recibir una propuesta coherente de forma transparente, los últimos años han transitado inciertos respecto al fondo y a la forma en referencia a esta cuestión fundamental.

Fuente: La Educación Superior en tiempos de cambio. Nuevas dinámicas de responsabilidad social. Síntesis de los informes GUNI la Educación Superior en el mundo – Global University Network for Innovation.

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