Después de bastante tiempo trato de retomar la
buena costumbre de alzar escritos al blog, me tome un lapso que pensé seria
corto pero termino siendo bastante prolongado, hoy les traigo unos pensamientos
sobre las políticas universitarias que para ser sincero me salieron un poco
desordenados pero entiendo que así va a ser hasta que vuelva a tomar ritmo con
esto de escribir, espero lo disfruten.
Políticas públicas y políticas universitarias
La política se concreta a través
de las políticas públicas implementada por los gobiernos de
modo tal que estas constituyen instrumentos para su realización (Lahera Parada,
2004). Muller (2000) sostiene que el análisis de las políticas publicas permite
ver al "Estado en acción" haciendo o dejando de hacer.
La Universidad está llena de singularidades, es
una organización compleja por antonomasia, presenta singularidades que se ligan
en primer término a la materia prima con la que opera, esto es, el
conocimiento, en términos de Clark, objeto que no resulta fácilmente
encasillable en el contexto tradicional de las políticas públicas. Por otra
parte, la política sectorial navega habitualmente entre límites estrechos a los
efectos de no chocar con la autonomía de las instituciones que, en nuestro
caso, ha sido amplia, especialmente desde el inicio de los tiempos democráticos.
Este rasgo hace que las políticas universitarias adquieran una especificidad
que las distingue dentro de las políticas públicas.
En efecto, la producción, reproducción y distribución
del conocimiento constituyen el sustrato fundamental sobre el que se asienta la
universidad, situación que, por otra parte, la distingue de las organizaciones
tradicionales.
Definida por Cohen y March (1974) como anarquía
organizada, la denominación hace referencia a la ambigüedad e inconsistencia de
los objetivos que persigue, la indeterminación de la tecnología que emplea y la
existencia de un constante flujo de participantes en el proceso decisorio por
no encontrarse bien determinado quienes son los que participan en él. Por su
parte Weick (1976) la define como un sistema flojamente acoplado, esto es,
compuesto por un conjunto de elementos que, aunque independientes entre sí,
mantienen su identidad y su separación en un contexto de interacciones débiles
y circunstanciales. Por ejemplo las facultades, los departamentos y cátedras
son unidades que mantienen su identidad y especificidad y gozan de autonomía
funcional dentro del sistema.
Las políticas se insertan en el especial contexto
construido por la relación sociedad-estado-universidades, caracterizada por la autonomía
de las últimas. Sin embargo, la autonomía universitaria no es un hecho dado ni
un concepto univoco y alcanza definiciones puntuales de acuerdo con el tiempo y
el espacio, esto es, constituye una construcción histórica y social con
alcances definidos y diferentes en cada realidad y aún en cada momento puntual.
No debe perderse de vista, no obstante, que la
pugna entre autonomía y regulación gira en torno al núcleo duro de la vida
universitaria, esto es, la producción, distribución y preservación del
conocimiento.
Las formas de regulación ejercidas sobre las universidades
están estrechamente vinculadas con el tipo de relacionamiento entre estas y el
estado. Al respecto Musselin (1997: 145) señala que estas interacciones tienen
bases nacionales que no deben ser interpretadas como cuestiones culturales,
sino como construcciones sociales. Por otra parte, los instrumentos a través de
los cuales se aplica la regulación, aunque hayan asumido formatos estables también
pueden cambiar.
Algunas singularidades nacionales
Durante décadas se dio en América Latina un
comportamiento rutinario de los gobiernos con relación a la universidad. este
ha sido catalogado por Brunner como convivencia benevolente o por Olac Fuentes
como negligencia benigna (cit. por Ken Serna, 2009) y caracterizado por un
financiamiento incremental de las instituciones sin controles específicos en el
contexto de gobiernos democráticos. En los interregnos autoritarios, primaba en
cambio la función de control (policia) que, por lo general, se orientaba más
hacia aspectos político-ideológicos que académicos-administrativos.
Primacía de la lógica político-partidaria en la
formulación de algunas políticas universitarias. Las políticas tienden a
constituirse en una transacción entre los diversos actores e intereses
intervinientes, en la cual se construye lo "posible" y no lo
"ideal", esto es la administración racional al servicio del interés
publico deja su lugar a la negociación y aunque el resultado que se obtenga no
sea el mejor, es, seguramente, el más factible. En el caso de la política
universitaria, la incidencia de factores y lógicas político-partidarias en la formulación
de una determinada política probablemente se incremente por el valor que tiene
la universidad como moneda de cambio.
Cambios abruptos en vez de cambios incrementales.
Los cambios abruptos se desarrollan sin que medie un reconocimiento de las
consecuencias que pueden producir, muy frecuentemente de sentido contrario a
los objetivos perseguidos. Por otra parte, se generaron, en los actores
afectados, comportamientos reactivos o defensivos que tendieron a anular o a
mitigar los efectos de las respectivas políticas.
Fuente: Chiroleu, Adriana;
Suasnábar, Claudio;
Rovelli, Laura;
(2012)
:
Política universitaria en la Argentina
: revisando viejos legados en busca de nuevos horizontes
. Mendoza,
Ediciones IEC - CONADU/Universidad Nacional de General San Martín.