martes, 28 de mayo de 2013

¡Que universidad?

¡Que universidad?

Establecer cual es la universidad que queremos y sobre todo que necesitamos es una de las tareas mas importantes que aún tenemos como sociedad y que esperemos sea prioridad para el gobierno que esta pronto a iniciarse.

La discusión sobre la reforma de la educación superior se encuentra relativamente avanza en comparación a su estado años atrás, el proyecto de ley de educación superior luego de mucho andar cuenta con media sanción en el parlamento y su promulgación se vuelve casi inevitable, si bien como casi toda legislación posee cuestiones mejorables es innegable que contribuirá a mejorar el ámbito universitario. Asimismo ya existen referentes del ámbito que señalan que la ley si bien es un avance significativo dentro de la reforma de la educación superior no constituye todo lo que se pretende reformar y es solo el cimiento sobre el cual se debe construir.

Los principales actores

Son ellos, los estudiantes, docentes, directivos, investigadores quienes se encuentran dentro del ámbito universitario quienes deberían impulsar la universidad del nuevo siglo, pues si bien se puede achacar a la falta de legislación muchos de los problemas que aquejan al nivel, es importante señalar que son los actores citados quienes llevaron a sus respectivas instituciones al lugar en donde se encuentran para bien o para mal, con las buenas y malas practicas que implementan día a día.

El padre Jesús Montero Tirado en su libro Reforma de la Educación Superior – Reflexiones y Sugerencias nos describe de manera clara una realidad que se da en muchísimos casos con los principales actores de la educación superior “… Para la mayoría de los estudiantes, sobre todo de la mayoría de las universidades privadas, la universidad y los institutos son casas a donde se va para conseguir un titulo profesional, en el menor tiempo posible. Los equipos administrativos y los representantes de los propietarios de dichas instituciones someten a presión a los profesores comprometiéndoles sin contratos laborales formales o bien con contratos temporales reducidos a tiempos mínimos, sin seguridad social, sin pago de vacaciones, atropellando la libertad de cátedra al insistirle en que los alumnos no pueden ser aplazados, hasta el punto que si algún profesor exige aprendizajes y rendimiento a sus alumnos y aplaza a muchos tal profesor es eliminado muy pronto de la plantilla de profesores …” el mismo concluye de manera fatídica “… Si este comportamiento institucional no se reforma, la educación superior seguirá convertida en un pretexto y una explotación para ganar dinero estafando a los estudiantes y a la sociedad…”.

El estado


Es importante tener claro cual es la responsabilidad del estado en la educación superior y con ello prevenir que estos hechos no sucedan y deslindar responsabilidades cuando ocurren. En el proyecto de ley de educación superior en el sector de la responsabilidad del estado se expresa lo siguiente: “La Educación Superior es un bien público y el Estado debe reconocer y garantizar el derecho a cumplir con ese nivel de la enseñanza a todos aquellos que quieran hacerlo y cuenten con la formación y la capacidad requeridas”.

En este sentido es importante que una vez aprobada la nueva ley de educación superior el estado con las herramientas legales que la misma le otorga inicie de manera rápida y eficaz los trabajos para corregir estas malas prácticas en donde se den y promover con incentivos aquellas practicas que nos lleven a la educación universitaria de calidad y promueva entre sus actores la constante superación.

Fuente: Reforma de la Educación Superior – Reflexiones y Sugerencias, Coord. Jesús montero Tirado.

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