sábado, 4 de septiembre de 2010

La universidad y la sociedad - Publicado en ABC Color el 24 de Septiembre de 2009

ÁMBITO UNIVERSITARIO

La universidad y la sociedad

Abg. Christian Godoy S.
Un reclamo frecuente de los formadores de opinión de nuestro medio y de todo el mundo es el que se refiere al título de esta nota. Se han escrito libros, artículos, se realizan seminarios que analizan diversas experiencias, metodologías, estructuras organizativas y formas de propiedad de la universidad y se dictan conferencias de destacados pensadores dirigidas a esta relación.

Si tomamos perspectiva de toda esta producción, seguramente aparece una característica que atraviesa todas las experiencias realmente exitosas y es que, en cada una de ellas, hay un hallazgo de los actores involucrados en una realidad determinada y particular.

También es altamente probable que ese hallazgo se encuentre volcado en responsabilidad y acción hacia el lado de la universidad y esto no por pereza de la sociedad, sino más bien porque la vocación de relación se halla siempre presente en la sociedad, que desea y espera una relación franca y provechosa de una parte cara de su complejidad. Cara en sus dos acepciones: costosa y querida.

Muchas veces, en su historia, la universidad se ha desinteresado por esa relación y en alguna de ellas también se ha enfrentado, produciéndose un alejamiento que ha demorado tiempo en superarse.

Nuestra Universidad Nacional lleva largo tiempo en un proceso de encuentro, pero creo que el mismo ha tomado una dinámica muy importante en los últimos años. No pretendo en esta nota hacer un listado de acciones y resultados, pero estoy seguro de que, si se comparasen indicadores, nos sorprendería gratamente la situación. Es que —como en todo proceso cultural— muchas acciones y gestos son invisibles a una primera vista.

Los nuevos campos de desarrollo

Aparecen en esta compleja relación nuevos espacios que han dado lugar a políticas activas y a propuestas de abordaje institucional. Quiero referirme a dos de ellas: la vinculación y la territorialización.

La vinculación surge con una definición propia que pretende diferenciarla del clásico concepto de la extensión universitaria, si bien es cierto que en otros lugares siguen englobadas en la última. La extensión ha sido entendida —según lo explicita el término— como la salida del claustro universitario para llegar a lugares donde es útil. Pero supone, en principio, una acción de transferencia o comunicación de saberes y prácticas resueltas y no creación de nuevas. También es cierto que la llegada de la universidad a determinados lugares para enseñar o comunicar ha terminado con un gran enriquecimiento de la misma y ha sido una de las principales causas de sus cambios internos.

La vinculación como propósito es el encuentro con otros sectores, en relación de pares sociales, con el propósito de mutuo enriquecimiento. Uno de esos pares, que puede servir para visualizar mejor el proceso, es la relación universidad-empresa. Es una problemática tomada por universidades de todo el mundo, pero en un entorno diferente.

En los países desarrollados como los de la Unión Europea, está claramente enfocada a mejorar la pobre relación, cargada de recelos y reclamos, centrados básicamente en afirmaciones como que “la universidad estudia e investiga cosas no útiles para el mundo empresario” y en que “la empresa quiere transferencia de conocimientos sin pagar por ellos”. Es por lo mismo que la política de vinculación se centra en la comunicación y el encuentro. Se trabaja en listados de investigaciones con posible transferencia al campo de productos y servicios y en provocar encuentros entre empresarios e investigadores. Los campos más fértiles y dinámicos son los de biotecnología (incluye genética, alimentos saludables y medicamentos), desarrollo de software, robótica y nanotecnología y la acción se institucionaliza a través de oficinas de vinculación y transferencia.

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