viernes, 3 de septiembre de 2010

El desarrollo profesional del docente universitario. Publicado en ABC Color el 08/05/2009

ÁMBITO UNIVERSITARIO

El desarrollo profesional del docente universitario

Cuando hablamos de formación del docente universitario, estamos pensando en un profesor que se encuentra ya en pleno ejercicio profesional, por lo que los programas formativos deberían considerar las propiedades de lo que en otros niveles educativos se denominan programas de desarrollo profesional. La denominación de este ámbito de la carrera profesional del docente universitario tiene varias acepciones: perfeccionamiento del profesorado; formación continua; formación permanente del profesorado; entrenamiento, perfeccionamiento o formación en servicio, reciclaje de los docentes, etc. De todas, la más general y, por tanto, la que más universalmente se está utilizando es la de “desarrollo profesional”.

Esta conceptualización resalta algunos aspectos importantes:

• El cambio va dirigido tanto al ámbito pedagógico y profesional como al personal y social del profesor universitario.


• El objetivo final es la mejora de la calidad docente, investigadora y de gestión, es decir, de las tres funciones principales del profesor universitario.


• Se pretende dar respuesta tanto a las necesidades individuales como a las de la propia organización.


La formación del profesor universitario se encuentra con determinados obstáculos o problemas que dificultan su normal desarrollo. Estos problemas los podemos agrupar en dos grandes bloques:

Institucionales y propios del mismo profesorado.


A). Entre los obstáculos institucionales podemos citar los siguientes:

* La universidad se está mercantilizando, por lo que todos los cambios van dirigidos a aspectos de tipo administrativo o técnico, con escasa incidencia en el desarrollo profesional del docente.


* Hay una cierta insensibilidad administrativa con respecto a la calidad de la enseñanza, ya que esta es poco rentable políticamente al no tener signos tan visibles como otros indicadores de éxito más fácilmente cuantificables.


* La escasa implicación institucional de la universidad en la formación pedagógica de sus profesionales, al no considerar esta formación como parte de sus prioridades.


* El sistema universitario favorece más la investigación que la docencia; de esta forma, las actividades pedagógicas tienen escaso valor en la selección y promoción del docente.


* La excesiva carga lectiva que tiene el profesorado, sobre todo el profesor que inicia su carrera docente, y la falta de flexibilidad organizativa, lo cual hace que apenas tenga tiempo para la formación.


* La todavía masificación, aunque cada vez menos, de las aulas universitarias que dificultan una práctica reflexiva y una atención más individualizada al alumno, junto con la precariedad de medios didácticos.


B). Con respecto a los obstáculos motivados por los propios profesores, podemos mencionar los siguientes:

* El individualismo y el aislamiento —como característica de ejercicio profesional del docente universitario— dificulta la investigación compartida y las actividades de mejora personal e institucional, que necesitan cooperación y coordinación.


* La resistencia al cambio debido, entre otras cuestiones, a: a) la fuerte uniformización de los métodos didácticos; b) la inexistencia de una formación inicial bien fundamentada en la importancia de la innovación educativa; c) una enseñanza más centrada en planteamientos teóricos que en procesos de intervención. Ello lleva a que cualquier intento de mejora se enfoque desde una perspectiva de mayor especialización en el campo disciplinar.


* La lealtad de los docentes a su profesión y no al ámbito donde la ejercen, lo que Benedito, Ferrer y Ferreres (1995), denominan “el problema de la discrecionalidad”, olvidándose en ocasiones de sus clientes (los alumnos) y de la organización.


* La inexistente motivación del profesorado para su mejora docente.


Todos los obstáculos y problemas expuestos, que repercuten en el desarrollo normal de la formación del profesorado, los podríamos compendiar en la falta de motivación del docente universitario para su mejora profesional, falta de incentivos tanto intrínsecos como extrínsecos.


Abg. Christian Godoy

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